201310.31
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Corte se alista para últimos fallos de 2013

Ruidos internos. Lorenzetti dijo que la pelea sigue. Causas económicas aportan vértigo antes de la feria estival.

Por Milton Merlo

Lorenzetti1El acuerdo del pasado martes, en el cual la Corte Suprema de Justicia definió la constitucionalidad de la ley de medios, dejó señales de cara a los próximos capítulos de una contienda con un final todavía incierto, al menos en los hechos. Quizá la más importante: ninguno de los ministros, ni siquiera el propio Eugenio Zaffaroni, confía plenamente en la capacidad de la AFSCA para aplicar la norma, no sólo por sus mecanismos sino por los integrantes de su directorio. Quien mejor lo expresó verbalmente en ese cónclave fue Carmen Argibay, que entiende que el organismo de aplicación debería ser similar al que regula el sistema estadounidense, o sea, una oficina de técnicos de enorme prestigio que asigna las cuotas de mercado que le tocan a cada empresa.

Estos conceptos serán esenciales porque los abogados del monopolio ya bosquejan papers para litigar contra ese organismo y las decisiones que éste adopte.

Intentos a los que se suma cierta tensión por lo que pueda suceder en el Tribunal Superior de Justicia porteño, donde, tal como adelantó este diario, en menos de un mes se pondrá a prueba la ley de libertad de expresión que promovió Mauricio Macri y que está íntimamente vinculada al fallo de la Corte. Incluso habrá una audiencia pública a la que ya están citados los abogados del alcalde y el fiscal general de la Ciudad, Germán Garavano.

Hubo ayer en el tribunal opiniones quejosas de abogados, políticos y analistas sobre por qué la resolución se conoció horas después de las elecciones y no con quince o veinte días de diferencia. Un justice dobló la apuesta: «Porque en dos semanas ya estaremos listos para fallar sobre cosas iguales o más importantes que esta ley, que para muchos es un tema menor, especialmente después de haber fallado contra empresas de alcance global mucho más grandes que Clarín».

La Corte todavía tiene la firma pendiente en causas sensibles en el plano económico. Es el caso de los expedientes relacionados con cuestiones de coparticipación, reclamos de tipo previsional y el decisivo expedientes del cepo cambiario (éste todavía tiene pendiente la opinión de la procuradora general Alejandra Gils Carbó). También podría haber acción en el plano político. Ejemplo: un secretario letrado avisó el pasado viernes al despacho del juez Rodolfo Canicoba Corral que para la gran mayoría de los ministros el memorando de entendimiento con Irán es inconstitucional. Además, le recordó que para el tribunal el caso AMIA es un asunto extremadamente sensible.

Por su parte, Ricardo Lorenzetti mira al Congreso expectante por la novedad de que ahora el Gobierno impulsará la reforma del Código Civil y Comercial que él escribió junto a Elena Highton de Nolasco. En realidad, hay una duda más íntima para estos dos ministros: ¿el predictamen del oficialismo todavía tiene las 400 modificaciones a la letra original que han pensado los técnicos del Ministerio de Justicia o es producto de la euforia de anoche, que incluyó un carnaval frente al Congreso? ¿Éstas se habrán atenuado? Falta muy poco para saberlo.

Las acusaciones de Elisa Carrió sobre un presunto pacto del titular de la Corte con el Gobierno por el control de los fondos del Poder Judicial sonaron exageradas en el cuarto piso de la calle Talcahuano, especialmente porque el debate de fondo, cuando el Gobierno aprobó la reforma judicial en el Congreso, no era tanto por la caja cortesana -que es controlada por la Auditoría General de la Nación y donde el riesgo mayor es la subejecución presupuestaria- sino por el sustento de las estructuras desde las cuales la Corte juega en la política interna de los tribunales (Oficina de la Mujer, Centro de Información Judicial, etc.). Sin embargo, en ciertas vocalías primó la tesis de que fue contraproducente la publicidad que recibieron los contactos entre Lorenzetti y Carlos Zannini los días previos a la sentencia de la ley de medios y que se podrían haber eludido mediante un comportamiento del cual Argibay ha hecho escuela en el momento de relacionarse con el poder: «Si no consta en el expediente no tenemos nada más de que hablar».

Fuente: texto e imagen publicados por Ámbito Financiero (31/10/2013)