201311.07
Apagado
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Agenda única en el Congreso: votar el nuevo Código

Por Rubén Rabanal

La estrategia del gobierno de mostrar en la Casa Rosada a los kirchneristas que ganaron en sus provincias hizo escala este miércoles en Río Negro. Miguel Pichetto, que logró su reelección en el Senado con más de 50% de los votos fue hasta la oficina de Juan Manuel Abal Medina, más para cumplir con el protocolo por el que ya pasaron Jorge Capitanich y Sergio Uribarri que para discutir sobre la futura agenda legislativa, como promocionó el gobierno.

Esta sesión de acercamiento con el rionegrino sirvió para confirmar que el kirchnerismo tiene un solo interés por estos días para el Congreso: votar cuando antes la unificación y reforma de los Códigos Civil y Comercial.

Algunos datos dan indicio del avance de las gestiones. En el Congreso reconocen que ya no existen demasiados problemas con el texto final del proyecto. Tras el paso de la mano del papa Francisco sobre el texto (con monseñor Arancedo como ejecutor) y la paz cerrada con la Corte Suprema y Ricardo Lorenzetti está claro que el Código Civil no será el mismo que se anunció en el acto del Museo del Bicentenario debajo de la Casa Rosada (el mismo día que Cristina de Kirchner dijo sentirse Napoleón, por el padrinazgo que el emperador tuvo sobre el revolucionario código civil francés) pero al menos está en condiciones de ser votado.

De esa idea original habría que dar de baja el tratamiento legal de la maternidad sustituta, hoy imposible en la Argentina, e introducir algunos retoques de fondo en la definición del momento de nacimiento de la persona, que complicará los principios más modernos de la fertilización asistida y el uso posterior de óvulos y embriones descartados.

No parece que vayan a existir diferencias ahora en otros puntos en conflicto entre la propuesta de la comisión integrada por Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Aida Kemelmajer y el que envió el Gobierno al Congreso como fue la modificación del tratamiento de los contratos entre particulares celebrados en dólares que esta reforma habilita a que sean cancelados en pesos. Por lo menos el kirchnerismo logró que a ese proceso ya no se lo llamara más pesificación.

El segundo punto en discusión son los tiempos y estuvo en medio de la charla entre Pichetto y Abal Medina.

Para poder avanzar con la votación, el Congreso debe primero reunir a la Comisión Bicameral Especial para la Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial de La Nación. Solo pronunciar el nombre lleva su tiempo.

Esa Bicameral tiene que transformar en dictamen el proyecto que envió el Gobierno, el mismo que durante meses viajó por todo el país de audiencia en audiencia por pedido de gobernadores e intendentes que se subieron a la euforia de esa ola codificadora que capturó al kirchnerismo, más las modificaciones que, se supone, ya están acordadas.

Con el dictamen firmado las opciones en el Senado son debatirlo el 20 de noviembre o el 27. La sesión de la semana próxima, el 13, donde los senadores quieren aprobar la demora autorización a tropas argentinas para que participen en ejercicios militares en el exterior (como el Crucex 2013 en Brasil, del que el país se bajó por múltiples razones además de las legales), sería demasiado pronto para alistar los despachos. El radicalismo, al mismo tiempo, comenzó a apurarse para llegar con su dictamen de minoría.

En Diputados hay una convocatoria de palabra a sesionar por el Código Civil el 27 de noviembre, pero aún no está confirmado. El problema, entonces, no es el debate ya que lo que apruebe la Bicameral no podrá ser modificado en los recintos, sino llegar a tiempo antes del 10 de diciembre: después de esa fecha la situación de los bloques, aunque el kirchnerismo mantenga el quórum con aliados, se volverá demasiado inestable como para debatir proyectos como este.

Fuente: texto publicado por Ámbito Financiero (7/11/2013)