201402.25
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Divorciados: las cuotas alimentarias no se ajustan a la inflación y cada vez más vuelven a los tribunales

Los juzgados de familia están atiborrados de papeles; la aceleración del costo del vida y la lentitud del juicio hacen que pierda vigencia el aumento; los hijos los más perjudicados.

La inflación registrada de los últimos años elevó el costo de vida de todas las familias, y entre ellas, las ex parejas con hijos. Uno de los temas que más se han discutido en los tribunales de familia es la actualización de los montos de las cuotas alimentarias, ya que el dinero destinado a la manutención de los hijos rinde cada vez menos.

Los padres deben volver a negociar los alimentos y en el caso que una de las partes se niegue, no queda otro camino que iniciar juicio para discutir el aumento.

En los últimos años los juicios por alimentos subieron un 80%. Los tribunales están repletos de expedientes, los juicios duran años y se genera entre las partes un gran desgaste. Los abogados de familia aseguran que es la consulta más requerida y que es un juicio largo y tedioso. Por el otro lado, los padres cuentan que es «desesperante» la espera.

Laura tiene 38 años, dos hijas de 9 y 7 años, y trabaja en un local de repostería. Está divorciada hace cuatro años y desde hace un año está esperando un aumento en la cuota. Lo acordado al momento de firmar su divorcio, como a muchas otras mujeres, ya no le es suficiente para mantener a sus hijas.

«A mi abogada la llamo prácticamente todos los días para apurar los tiempos y me contesta que los juzgados están atiborrados de papeles por este tipo de juicios. La verdad es que es desesperante: los precios suben, el alquiler del departamento aumentó un 20% y la matricula de las chicas no puede esperar. Lo que me daba hace dos años hoy no me alcanza para nada», explicó.

Valeria tiene tres hijos (13, 10 y 7 años) está divorciada hace 5 años. Trabaja como asistente en una obra social de la zona porteña. Hace seis meses le inició juicio a su ex pareja por el aumento de la cuota alimentaria: «Es una situación muy complicada. Nosotros en un principio teníamos un acuerdo de palabra. Hace dos años le empezó a ir mal en su negocio y a retrasarse con la cuota de los chicos. La relación entre nosotros se fue deteriorando a causa de los constantes pedidos para que la cuota sea análoga a los gastos de la casa. En su momento no lo pautamos en papeles, quizá porque estaba mal asesorada y ahora me estoy exponiendo a un juicio con todo lo que ello implica tanto en lo económico como en lo afectivo».

Si bien el padre paga la cuota de los colegios y la obra social, Valeria explica que su sueldo es insuficiente para afrontar el resto de los gastos.

Qué incluye la cuota alimentaria

La cuota alimentaria contempla todos los gastos del menor. Se incluye vivienda, educación, salud, vestimenta, esparcimientos y alimentación. Así como también gastos ordinarios y extraordinarios.

El padre que tiene la tenencia es el que recibe la manutención. En la mayoría de los casos se trata de la mamá. El papá tiene que aportar más, aunque tengan el mismo sueldo. La tenencia tiene un valor económico, quien cuida a un hijo tiene menos tiempo para trabajar. Además, el que convive con los hijos tiene más gastos «imperceptibles», como un helado, una golosina, los útiles

Qué dicen los especialistas

Todos los consultados por LA NACION coinciden en que los juicios por aumento de la cuota alimentaria son «tediosos, largos y a los únicos que perjudican son a los hijos».

«Actualizar la cuota alimentaria es la principal preocupación de las mujeres hoy. La cantidad de juicios que se inician por este tema es impresionante. Es que ni las cuotas pautadas del año pasado alcanzan ahora», dijo a LA NACION , Viviana Koffman, abogada especialista en divorcios.

«Hay muchísimas consultas por este tema. No sólo porque la plata no alcanza sino porque la inflación no está contemplada por la ley. En el momento de fijar el aumento, el juez tiene en cuenta todo lo que corresponde a la calidad de los hijos, pero el problema es que hay que probarlo y esto lleva a que el juicio se dilate en el tiempo y finalmente se termina desactualizado por la gran inflación que hay», aseguró.

La abogada especialista en divorcio Ana Rosenfeld aseguró: «La inflación es el peor enemigo de la cuota alimentaria. Los jueces no actúan con celeridad y los juicios controvertidos pueden durar tres años. Mientras tanto a los chicos se los mantiene con una cuota provisora que no está ajustada a la inflación».

«Para fijar la cuota los jueces toman en cuenta el nivel de vida de los menores y el caudal económico del alimentante. La ley no indica porcentaje sino que queda al criterio del juez, que suele fijar entre un 20 y un 30 por ciento cuando el padre tiene sueldo en blanco», explica Koffman. Luego aclara que el criterio cambia cuando los padres tienen gran poder económico, entonces prima el nivel de vida del grupo familiar cuando convivía.

En el caso que el padre trabaje en blanco, fijar la cuota parece no tener inconvenientes. El problema surge cuando el padre no tiene recibo de sueldo o se declara insolvente. En estos casos hay dos formas para aumentar la cuota.

«En el caso que no tenga recibo de sueldo se puede pautar un incremento del 15% de la cuota cada seis meses y a otro a fin de año del 15% para ajustarse a la inflación. En el caso que el padre se niegue a una negociación se plantea un incidente de aumento de la cuota alimentaria que puede durar entre 6 meses a un año y medio, y se debe demostrar al juez a través de pruebas contundentes la solvencia del padre» dijo el abogado de familia Paulo Jarowitzky, y agregó: «en los últimos años de cada 10 consultas que tengo ocho son por el aumento de la cuota alimentaria, no es fácil que las ex parejas lleguen a un acuerdo cuando hay una inflación mensual muy alta».

Prevenir antes que litigar

Para que el aumento no sea tan engorroso lo que se aconseja es estipular el pago de objetivos específicos, como medicina privada, cuota del colegio, actividades deportivas y extraescolares. Así, el aumento de los costos de estos servicios actualiza automáticamente la cuota.

Koffman explica que lo más práctico es fijar un porcentaje del sueldo para los trabajadores en blanco. «Los trabajos aumentan los sueldos, así que también sube la cuota», y agrega: «La ventaja de que la cuota sea un porcentaje del sueldo es que si el padre no paga, se le puede embargar el sueldo».

Rosenfeld asegura que no existe la magia en estos procesos, pero aconseja tener a nombre de los dos las cuentas corrientes y cajas de ahorro. No poner a nombre de terceros los bienes y que la ex pareja no oculte su patrimonio.

Por Carla Kammann

Fuente: texto y foto publicados por La Nación (25/2/2014)