201310.23
Apagado
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Quieren que se informe a los usuarios cuando un producto ha sido testeado en animales

Esa experimentación sobre conejos, ratas y primates, entre otros, encuentra cada vez más rechazo. La iniciativa de la diputada María Cristina Regazzoli no establece su prohibición, pero sí que se les informe a los consumidores sobre si el producto en cuestión ha contado con esa práctica.

Tanto las ciencias médicas, físicas y biológicas, como la industria de las armas, la industria cosmética, la del tabaco y la química en general, se sirven de animales en sus laboratorios. En efecto, el testeo en animales se realiza en diversos ámbitos de investigación para conocer los efectos de nuevas fórmulas químicas sobre el cuerpo humano.

Uno de los objetivos principales del testeo en animales es el de determinar la seguridad de los productos fabricados. Así, se fuerza a conejos, ratas y cobayas a ingerir la espuma de afeitar y el dentífrico; se obliga a animales a ingerir el champú y se lo introduce en los ojos de los conejos, al igual que las máscaras y sombra de ojos y la solución para lentes de contacto; el maquillaje, los bronceadores y el jabón son extendidos sobre la piel afeitada de animales sensibles. Primates, ratas, conejos, perros, gatos, cerdos y otros animales son utilizados en el testeo de los productos comerciales.

Sin embargo, la experimentación con animales encuentra cada vez mayor rechazo por diversas razones: éticas, por su crueldad con seres sintientes; por el peligro que supone la extrapolación de resultados de una especie a otra (los defensores de los animales argumentan que este tipo de experimentación está basado en una idea falsa: que sus resultados se pueden aplicar al cuerpo humano); y por su discutible necesidad cuando se comienzan a desarrollar métodos alternativos al uso de animales. Además, el testeo sobre animales incide en el agotamiento de los recursos naturales, ya que muchos son capturados en su medio ambiente y llevados luego a los laboratorios.

Todos estos elementos forman parte de un proyecto presentado por la diputada nacional pampeana María Cristina Regazzoli, cuyo objetivo no es prohibir dichas pruebas, sino informar al consumidor acerca de las características de los productos que se ofrecen al consumo. “Vivimos en una sociedad que se caracteriza por estimular el consumo por parte de los sujetos, lo cual tiene como consecuencia que los consumidores reciben productos acabados, terminados, de los cuales desconocen tanto su composición como las fases de su producción”, señala la diputada pampeana, que encuentra relevante incentivar el consumo responsable, es decir incentivar la preocupación en el consumidor acerca de lo que compra, y no sólo acerca de cuánto puede consumir. Para ello es necesario, sostiene, hacer llegar al consumidor la información acerca de aquellas manufacturas que se le ofrecen, para que este pueda elegir de manera más libre, y también más responsable.

“Actualmente, la única manera que tienen las personas interesadas en conocer si los productos que eligen son testeados en animales o no, es ingresar a las páginas web de las empresas o comunicarse con estas por e-mail, lo cual implica un trabajo imposible de realizar, teniendo en cuenta la gran cantidad de productos básicos que consume una persona: alimentos, elementos de higiene, limpieza, entre tantos otros”, señala Regazzoli.

La leyenda que debería incluirse, según indica el proyecto en su artículo 2, dice: “Testeado en animales” y el símbolo que establezca la autoridad de aplicación.

Fuente: texto y foto publicados por Parlamentario.com (22/10/2013)