201308.12
Apagado
0

La clase media paga Ganancias como una gran empresa

Los salarios en el sector formal de la economía se multiplicaron por 8 entre los 2000 y 2013, por lo tanto, un salario de $2.500 en el 2000 equivale a aproximadamente $20.000 en el 2013. En el 2013, un salario de $20.000 paga Ganancias con una alícuota del 35 por ciento.

El Impuesto a las Ganancias genera mucho rechazo debido a la falta de actualización de los mínimos no imponibles respecto a la inflación. Esto hace que cada vez más asalariados paguen el impuesto por el sólo hecho de que las remuneraciones crecen para compensar la inflación.
Para tener una idea del impacto, en el 2000 menos del 10% de los asalariados registrados pagaba ganancias, mientras que en el año 2013 la proporción llega al 25%.
Pero la falta de actualización del mínimo no imponible es sólo una de las distorsiones que provoca la inflación sobre el Impuesto a las Ganancias. Otra, aún más importante, es el aumento de las alícuotas. Esto se debe a que el monto a pagar del impuesto surge de aplicar porcentajes crecientes que arrancan en el 9% de la base gravable y se escalonan al 14%, 19%, 23%, 27% y 31% a medida que sube el ingreso, y llega hasta 35% cuando el ingreso supera los $120.000 anuales por encima del mínimo no imponible.
Al no actualizarse la escala que define la alícuota con la que se calcula el impuesto, los contribuyentes son alcanzados con porcentajes cada vez más altos. Se puede ilustrar la importancia de este fenómeno a través del siguiente ejemplo práctico, señalá un reciente informe de IDESA:

•Un asalariado que en el 2000 ganaba $2.500 pagaba impuesto a las ganancias con una alícuota del 14%.

•Los salarios en el sector formal de la economía se multiplicaron por 8 entre los 2000 y 2013, por lo tanto, un salario de $2.500 en el 2000 equivale a aproximadamente $20.000 en el 2013.

•En el 2013, un salario de $20.000 paga ganancias con una alícuota del 35%.
«Este ejercicio ejemplifica como la falta de actualización de los parámetros bajo los que se aplica el Impuesto a las Ganancias no sólo aumenta la presión tributaria sino que reduce la progresividad. De esta manera, se desvirtúa la principal virtud del impuesto a las ganancias que es lo que explica que sea intensamente utilizado en los países desarrollados. Se ha llegado a tal nivel de descalabro que una familia de clase media es alcanzada por la alícuota del 35% que es la misma que se aplica a las grandes corporaciones», agrega IDESA.

Fuente: iProfesional.com (12/8/2013)